Ostara, la fiesta de los árboles y las flores

ostara

Por fin, el calor llega a la tierra, la vida subterránea comienza a tener manifestaciones en el exterior, los arboles frutales comienzan a llenar sus copas de flores, colores y vida; los animales comienzan a abrir galerías en la tierra, los pájaros cantan para marcar sus territorios… el gran huevo cósmico esta a punto de eclosionar… la primavera ha llegado, es tiempo de ostara: la diosa despierta de un letargo, sus pies pisan de nuevo la tierra y su luz disipa las tinieblas, es la diosa Eostre, viene a festejar con nosotros su día, es tiempo de que la fiesta comience.

El Festival de Ostara en el equinoccio de primavera marca el fin del invierno y el comienzo de la época del renacimiento (primavera) y es celebrado por el blot en honor de Frigg y Freya y/o el dísir, el colectivo de deidades femeninas de la fertilidad.

En tiempos preclásicos y clásicos, la primavera fue una estación especial en que se celebraba una forma de coito sacrificial más amable y positiva que la que supuso el culto de Atis: el Hieros gamos, o matrimonio sagrado. La mujer se identificaba en sí misma con la diosa mientras el hombre entraba en contacto con ella a través de la mujer y entregaba su masculinidad sin destruirla, tras lo cual emergía de la experiencia espiritualmente revitalizado. El Gran Rito, ya sea simbólico o real, es obviamente el hieros gamos de las brujas.

Pero en el norte, donde la primavera llega más tarde, estos aspectos pertenecían en realidad a Bealtaine en lugar de a un inadvertido equinoccio; y es en Bealtaine, donde situa wicca el correspondiente ritual de la ‘Caza de Amor’, mientras que Ostara se usa como la preparación para entrar a ese tiempo.

Ostara es el tiempo de la rueda de fuego, la representación del sol fulgurante, dentro de wicca se celebra con una reunión para atraer energía del eter y depositarla en la tierra; la intención es dar fuerza, la madre de la tierra requiere también de la fuerza celeste, son indivisibles una de la otra, sin embargo, es el momento justo para equilibrar las dos fuerzas y de esa manera los cuerpos biológicos en la tierra comienzan a realizar sus funciones para que que el ciclo vital continué.

«Hoy encendemos este fuego
en presencia de los Santos,
sin malicia, sin celos, sin envidia,
sin temer nada bajo el Sol
sino a los Dioses Supremos.
A ti te invocamos, Oh, Luz de la Vida.
Sé una llama brillante ante nosotros,
sé una estrella que nos guía, desde el cielo,
sé un sendero tranquilo a nuestros pies;
enciende en nuestros corazones
una llama de amor por nuestros semejantes,
nuestros enemigos, nuestros amigos y todo nuestro parentesco,
Por todos los seres humanos sobre la ancha tierra.
Oh, misericordioso Hijo de Cerridwen,
sesde lo más humilde que tiene vida
al Nombre que es el más alto de todos.»

La primavera a llegado a la tierra: esto no es nada nuevo, sabemos que cada año llegara, pero para los practicantes de las antiguas tradiciones, el significado de la primavera va mas lejos de lo físico, Ostara es el momento para dejar florecer nuestro interior, es momento para descubrir que dentro de nosotros existe el calor que ayuda a que la tierra se mueva, es tiempo de hacernos conscientes de que somos parte de la totalidad, abramos nuestras mentes y nuestros corazones; el mundo esta tan lleno de amor y sabiduría, y para obtener esas virtudes lo único que hay que hacer es estar dispuestos a aceptarlas.

Aunque el nombre de Ostara es utilizado para esta fiesta, está más bien relacionado con una diosa lunar y se suele festejar el esbat siguiente, en la Luna Llena del equinoccio.

Cuenta la mitología griega que Perséfone (Kore) es una joven doncella raptada por Hades, el Dios del Submundo. Su madre, Demeter, la diosa de la Tierra, se deja llevar por el dolor de la pérdida de su hija, lo que provoca que el invierno y la muerte lleguen a la tierra. Más tarde, Perséfone volverá con su madre pero puesto que había comido seis granos de granada mientras estaba en el Submundo, debe volver a él durante seis meses cada año, durante los meses del otoño y el invierno. Su reaparición anual en primavera otorga tanta alegría a su madre que la Tierra florece una vez más. Este día celebramos el reinicio de la vida después de un prolongado período de oscuridad y frío. El calor de la primavera se lleva el frío dando vida y fortaleza a la tierra para iniciar un nuevo ciclo. Hoy debemos festejar la alegría de la vida y de la fertilidad que tiene la tierra en estos momentos. Es un tiempo para admirar la hermosa creación de la naturaleza desde su nacimiento.